Se trata de un ambiente arcaico: Los bramantes ciervos rojos desplazándose por los antiguos bosques frondosos de la Hohe Schrecke en septiembre. Todo encaja: el ambiente melancólico del otoño que comienza, los gruesos troncos apilados uno sobre otro a causa de alguna tormenta del pasado, los bramidos de los ciervos. Pero esa es una imagen creada por los hombres, ya que el hogar de los venados es originalmente un paisaje más o menos abierto parecido a las estepas.
Gran capacidad de adaptación
El hábitat de bosque del venado en Europa Central muestra sobre todo su capacidad de adaptación. El ciervo evita zonas pobladas y puede adaptarse sin problema a paisajes de estepas o a bosques frondosos o pinares. Puede vivir en lugares altos y fríos en la sierra, en áreas húmedas cerca de ríos y estanques e incluso en las cálidas y áridas llanuras bajas de Europa. Su capacidad de adaptación ha logrado incluso que cesen sus típicas y extendidas migraciones entre verano e invierno.
Prefiere los paisajes lejos del hombre
El ciervo prefiere los paisajes lejos del hombre. Sobre todo en invierno, cuando el ciervo disminuye su metabolismo para ahorrar su energía. Entonces vive en los lugares más apartados de la Hohe Schrecke. Luego su metabolismo se acelera de nuevo y los animales comienzan a arrancar las cortezas de los árboles en gran escala. Los ciervos necesitan, como muchas otras especies, áreas grandes y libres de molestias. Por eso, en el área boscosa de la Hohe Schrecke debería formarse un área de 2.000 hectáreas de bosque a la que nosotros los hombres tengamos poco acceso. Dentro de este concepto se planea, por cierto, un sistema de visitas con un área completamente imperturbable y otra para el uso turístico. Así como el ciervo, nosotros también necesitamos los bosques frondosos para poder apreciar su belleza en el otoño o en el crepúsculo. Directamente hacia el proyecto actualMás sobre antiguo bosque de hayasMás sobre las reliquias del bosque