Deforestación para la agricultura
Una de las razones más comunes de la deforestación es la falta de suelo fértil necesario para la agricultura. Además, a menudo se cultivan monocultivos en las tierras agrícolas resultantes, ya que se consideran especialmente fáciles de cultivar y cosechar. El problema: hacen que el suelo sea infértil, ya que las plantas sólo extraen del suelo los nutrientes que necesitan. Como consecuencia, el suelo pierde rápidamente su contenido en nutrientes y las necesidades de las plantas en monocultivo ya no pueden satisfacerse de forma óptima. Esto provoca síntomas de carencia en las plantas. Para compensar esta carencia, hay que suministrar a las plantas abonos fiables desde el exterior. En muchos casos, se utilizan fertilizantes químicos, que pueden ser peligrosos para la salud. Al cabo de poco tiempo, las tierras agrícolas, antes fértiles, sólo producen un pequeño rendimiento. La consecuencia: más deforestación. El resultado es un ciclo insostenible que parece casi imposible de detener. El suelo y su fertilidad parecen haberse perdido.
Estudio sobre la regeneración
Pero las cosas pueden ser diferentes, como muestra un estudio publicado en la revista Science. El estudio examinó los llamados bosques secundarios, es decir, los que vuelven a crecer de forma natural tras la deforestación. Dentro del estudio, el equipo de investigación examinó 2.200 parcelas forestales en América y África Occidental para conocer sus propiedades forestales. Entre ellos se encuentran, por ejemplo, la salud del suelo, las características de los árboles y las funciones del ecosistema. El resultado es esperanzador: Tras la deforestación, el 80% de las características originales suelen reaparecer en un plazo de hasta 20 años. En cambio, las estructuras forestales y la biodiversidad necesitan hasta 60 años para restaurarse. El bosque se regenera por sí mismo, por así decirlo.
¿Ya no es necesaria la forestación?
En las zonas examinadas en el estudio, la atención se centró en aquellas áreas que habían sido previamente deforestadas y, por tanto, el suelo sólo había sido ligeramente dañado. Sin embargo, no es infrecuente que las tierras agrícolas sean desbrozadas por el fuego y luego cultivadas con monocultivos, destruyendo así el suelo de forma extensiva. Sin embargo, las zonas completamente destruidas difícilmente se regeneran por sí solas; como muestra el estudio, aquí se destruyó demasiada biodiversidad real del suelo.
Por lo tanto, la repoblación forestal puede ayudar a restablecer el funcionamiento de estas zonas. Sin embargo, hay que procurar que el cultivo sea lo más natural posible, de acuerdo con el ecosistema, como es el caso del método de cultivo agroforestal dinámico, entre otros. Utilizamos este método en nuestros proyectos internacionales, por ejemplo en Madagascar o Bolivia, ayudando a la población local a practicar una agricultura sostenible, sin tala y quema ni monocultivo, y al mismo tiempo reforestando.
Puede leer más sobre el principio de la agroforestería dinámica aquí.