Costa Rica se considera pionera en la protección del medio ambiente, ya que el 25% de la superficie del país se ha puesto bajo conservación de la naturaleza. En consecuencia, se han creado más de 26 parques nacionales y otras reservas naturales privadas para proteger la naturaleza rica en especies de Costa Rica. Sin embargo, las reservas naturales están muy separadas entre sí y se ven interrumpidas por ciudades y zonas de uso agrícola, por lo que a menudo hay varios kilómetros entre ellas. El aislamiento resultante de los hábitats conduce a la reducción de las poblaciones de animales y puede significar la extinción de especies en zonas boscosas.
El aislamiento reduce la dispersión de las especies
Los grandes mamíferos, en particular, que se encuentran en bajas densidades y requieren grandes hábitats contiguos, están amenazados por el aislamiento. Esto se debe a que, al desplazarse por paisajes espacialmente complejos e inciertos, los animales sopesan los costes y los beneficios de la migración a larga distancia. De este modo, buscan maximizar el acceso a los recursos vitales y a las parejas reproductoras y minimizar los costes de aptitud y los riesgos de mortalidad. El aislamiento reduce el éxito de la dispersión de las especies y hace muy difícil la inmigración de nuevos individuos. Esto conduce a una reducción de la diversidad genética y aumenta la mortalidad. Así, las poblaciones locales pueden seguir disminuyendo y no sobrevivir por sí mismas a largo plazo si se impide la inmigración.
Los corredores como solución
Como muestran algunos estudios, el establecimiento de corredores verdes es una solución prometedora. Los corredores se definen como: "Espacio geográfico que proporciona conectividad entre paisajes, ecosistemas y hábitats naturales o modificados, asegurando el mantenimiento de la biodiversidad y los procesos ecológicos y evolutivos (CCAD-PNUD/GEF 2002), cuya presencia es esencial para mitigar los efectos de la fragmentación (Bogaert 2001)". La conectividad entre zonas protegidas puede garantizar la estabilización de las poblaciones a largo plazo, ya que permite un mejor flujo genético. Un estudio demostró que la población de jaguares, que ronda entre los 8 y 104 animales en las zonas protegidas de Costa Rica, podría crecer hasta los 250 animales estableciendo hábitats conectados a través de corredores.