En la agroforestería dinámica, la densidad, es decir, lo cerca o lejos que están las plantas, es decisiva para una buena interacción. Las plantas se benefician de sus vecinos a diferentes niveles: las plantas se proporcionan sombra, se protegen contra el viento, suministran agua a otros o comparten microorganismos.
Pero el intercambio de observaciones e información recién adquirida también forma parte de la agroforestería dinámica: no todas las especies armonizan necesariamente entre sí y deben ser identificadas. Por otra parte, algunas plantas armonizan particularmente bien entre sí y esto puede ser explotado específicamente.
Aquí hay algunos ejemplos de nuestra granja de investigación en Bolivia:
Aquí vemos un Jacaranda (izquierda) y una Tipa (derecha, el "Orgullo de Bolivia") en nuestra granja de investigación sobre la agroforestería dinámica en Bolivia. Las dos plantas se gustan entre sí y crecen juntas sin molestarse mutuamente. Un corte no es necesario aquí.
Otro ejemplo es el Jacaranda junto con un pino. Las dos plantas no armonizan entre sí. Al pino le gusta estar solo y tiene dificultades con otros árboles, así que si los árboles están cerca, hay que asegurarse de que el árbol más débil tenga suficiente espacio.
Aquí vemos una jacarandá que crece más rápido que el cactus de su vecindad. Al principio el cactus le dio protección al jacarandá y lo ayudó a crecer rápidamente. Ahora el jacarandá ha crecido y tiene una influencia negativa en el cactus (se puede ver por las pústulas en las hojas). Para devolverle la fuerza al cactus, le damos un poco de espacio de nuevo.
Puedes ver: En la agroforestería dinámica, hay que observar y estudiar constantemente la naturaleza. Con intervenciones específicas se puede dejar que las plantas trabajen juntas, pero a veces hay que volver a separarlas.